Los funcionarios de la MUEP contarán con formación en orgasmos fingidos

Preocupado por la crisis de autoconfianza que últimamente ha detectado entre la clase dirigente de la Mejor Universidad de Euskadi Pues (MUEP), el rector ha exprimido una vez más el fruto fecundo de su imaginación y ha dado con "la solución más imaginativa, propia del espíritu innovador que nos caracteriza".

Así, se organizarán para el Personal de Administración y Servicios "cursillos de orgasmos fingidos" con el fin de "hacer más agradable, llevadera y entretenida la ingrata labor de dar órdenes". El punto central de este planteamiento sería que "ya que jodemos, a veces bien, al personal a nuestro cargo, es totalmente razonable pedir a este personal que finja que le gusta, que aparente una satisfacción física y que, según el caso, acaben simulando un orgasmo extremadamente placentero que deje satisfecho al jefe". La supervisión del cursillo será muy estricta y "no cualquiera podrá superarlo ya que no hay peor cosa que un orgasmo fingido sin la debida concentración o sin ganas: esto es una cosa seria".

El rector ha escenificado un ejemplo, ficticio, de un caso práctico:
- Pepa, ya sé que estás de trabajo hasta las cejas pero quiero que me expliques por decimoséptima vez cómo funciona la fotocopiadora, aunque en realidad quiero sacar mi DNI y voy a hacerme el idiota hasta que termines por hacérmelo tú, otra vez.
- Sí, sí, sííí, ooooohhh, sí.
- También quiero que te encargues de estas cuatro cosas, y te voy a volver loca con cambios tontos durante las siguientes tres horas porque no puedo esperar hasta mañana y mi tiempo es mucho más valioso que el tuyo.
- Mááááás, sííííí, no pares
- Y además, Pepa, como sé que llevas muchas cosas, en lugar de subirte el sueldo y reconocer tu valía, te voy a poner tres técnicos más por encima, que van a cobrar más que tú, que te van a preguntar constantemente qué hacer y a los que vas a tener que ayudar hasta a encontrarse el culo.
- Dioooooosssssss, aaaaaaaaaahhhhhhhh.

Parece que esta solución sigue la senda de aquella tendencia que aseguraba que una sonrisa, aunque falsa, podría alegrar un espíritu triste. "De la misma manera, un orgasmo fingido puede llevar a una mejora de las relaciones interpersonales. Y es que una clase dirigente feliz hace feliz a la clase dirigida. No hay que olvidarlo".

Completamente seguro de que su idea conllevará un subidón espectacular en la moral y confianza de los altos cargos, el rector ya está pensando en extenderla a los colectivos docente e investigador. "De momento estamos enfocando todos nuestros esfuerzos en convertirles en otro tipo de Personal de Administración y Servicios, mandándoles trabajo burocrático completamente inútil y alejado de sus aspiraciones, haciéndoselo repetir cada año académico. Y cuando estén bien, pero bien jodidos, les enseñaremos también a ellos a disfrutar, o por lo menos a que lo finjan".

También ha recalcado que "ya sabemos que no es lo mismo estar jodidos que estar jodiendo, y si estás haciendo uno no estás haciendo lo otro, pero con un pequeño esfuerzo, todos podemos disfrutar, y de eso es de lo que se trata".

Después de asegurar que "muchas y muy diversas organizaciones" se han interesado por esta idea, el rector ha finalizado dando ejemplo y ha fingido un orgasmo durante siete minutos y ocho segundos. "Es que me fijo mucho en mi mujer, toda una campeona", ha explicado sonriente.



La noticia ha caído muy bien entre los miembros de los equipos rectoral y gerencial